El método Gamonal

     La presión social de Gamonal ha ganado la partida contra los corruptos y los políticos más apolíticos. Porque, ¿acaso se puede denominar político a un sujeto cuyo trabajo es trabajar para los ciudadanos a los que no escucha? Sinceramente, no. Los políticos actuales se han olvidado de cuál es su trabajo y para quién trabajan: ¡para los ciudadanos a los que representan! Y esta es la premisa que le han recordado los habitantes del barrio burgalés Gamonal a su alcalde, Javier Lacalle. El mismo que ha querido llevar a cabo una obra, capitaneada por Méndez Pozo – exconvicto por implicación en un caso de corrupción vinculado, precisamente, al sector de la construcción- , a pesar del clamor popular que le ha pedido pacífica primero y  – por parte de algunos vecinos- también violentamente después que no se ejecutase dicha construcción.

     La cuestión es, ¿si no quemamos contenedores, no nos escuchan? Pues, no. Pero ni tanto los representantes políticos de la sociedad ni los medios de comunicación que a esta deben informar. O, ¿acaso hubiera tenido tal trascendencia este asunto si no hubieran salido los disturbios del Gamonal en televisión? Tristemente, no. Porque lo que ahora es noticia no es que miles de personas se manifiesten en las calles, lo que es noticia es lo que en pocas ocasiones ocurre en estas concentraciones y eso son los que el Gobierno definía como actos  de «violentos itinerantes».

     Lo que si es cierto es que solo en 2013 se han organizado más de 3.000 manifestaciones pacíficas en España que, salvo algún caso concreto, no han conseguido su objetivo último. Estas concentraciones han conseguido muchas cosas (solidaridad entre ciudadanos, poder de organización, afán crítico,…) pero, en prácticamente ningún caso, han conseguido que sus peticiones fueran escuchadas por sus representantes.

     Viendo la sordera de los a-políticos que nos gobiernan y, cuyo fin último es vivir de la soberanía popular y no para ella, la pregunta es: ¿qué hacemos? ¿aprendemos de Gamonal y hacemos ruido de verdad ? Sinceramente, el fin no justifica los medios. Pero, siendo la primera vez en mucho tiempo que un político recula por presión social, puede que esta forma de actuación popular sea la norma a seguir de las próximas manifestaciones ciudadanas.

     La tensión de cuerdas de la que se hablaba en este mismo blog hace casi un año parece cumplir sus predicciones: la paciencia del ciudadano de a pie está llegando a su límite. Y el límite se ha visto estos días en Gamonal, un límite que los políticos burgaleses han sobrepasado. Y, ante esto, los ciudadanos han contestado con la misma moneda: sobrepasando la línea de la protesta pacífica para recurrir a anécdotas violentos para hacer ruido y hacerse oír. El quid de la cuestión es: ¿Recurriremos al método #Gamonal a partir de ahora? Podéis responder a esta misma pregunta en la siguiente encuesta y/o en forma de comentario. Me interesa vuestra opinión.

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Un pensamiento en “El método Gamonal

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